RELIGIÓN

Quedó un día pactado, el día que todo dio comienzo, entre las distintas divinidades que gobernaban el universo, que los seres humanos no éramos más que sus fieles súbditos. Comeríamos, beberíamos, viviríamos en base a sus exigencias. Sin embargo, llegó el momento en el que una de las deidades, horrorizada por como sus distintas hermanxs disfrutaban viendo como los humanos, sin orden establecido mas que la superioridad de sus hermanas y ella, sufrían y peleaban entre sí y decidió bajar a la Tierra. 

El día que Hiparquía aterrizó en una aldea campesina conocida como LA GILA se encontró a una humana llorando desconsoladamente por la muerte de su amada perra pastora. La Diosa, como alma que lleva el viento, se acercó a ella. En su llanto encontró la agonía y desesperación que, desde su apolíneo campo desde el cual observaba la Tierra, asolaba el mundo bajo el mandato de sus siniestras hermanas.


La humana desolada, lloró en el hombro de aquella mujer que le ofrecía compañía en un momento de tanta soledad, pues estaba sola en el mundo ahora. Agradecida, decidió darle cobijo y algo de comer. Hiparquía, curiosa por conocer más cosas acerca de los humanos, intentaba saciar su sed de saber preguntando a Andrágora, quien le respondía con amabilidad.


Los días pasaban y Andrágora percibía que aquella mujer era especial, más no sabía el por qué, solo sentía que en ella podía confiar, pues era buena y pura. A cada paso que daba, Hiparquía se preocupaba más y más por los humanos y su decadente situación de hambruna y pesar. 


La diosa, consciente de que debía volver y enfrentarse a sus hermanas, habló con Andrágora. Le contó todo y le prometió que, desde donde estuviese, tanto en el cielo como en la Tierra, reinaría la Paz. La humana perpleja por lo que Hiparquía le contaba, sabía que no mentía y, así como la diosa antes le había hecho una promesa, decidió pues hacerle ella otra: no pasaría día alguno en el que no pensara en su bondad y buen querer hacia la humanidad. Además, le hablaría día tras día, mirando al cielo, sobre sus progresos allí en la Tierra.


Con el pacto intangible establecido entre mortal y deidad, y sellado con el acto más puro de amor verdadero, tanto el mundo material como el espiritual quedaron unidos para la eternidad, y tras su partida hacia el campo … Hiparquía con la corona de la justicia en mano se hizo con el poder allí en el cielo y estipuló que allí, junto a ella, estarían los humanos tras su vida en la Tierra para purificar su alma después de tanta mísera a la que fueron condenados.



Esta creativa y hermosa historia que nos relata la Patrona nos sirve para ilustrar lo que la religión significa para el ser humano. Obviamente, es una interpretación bastante inusual, pero no tan descabellada como una podría pensar, teniendo en cuenta la historia de otras religiones mayoritarias. 

En líneas generales, vemos que los elementos que destacan en este relato son la divinidad, la humilde campesina y las mediaciones entre ambas. Cualquier religión necesita de estos “ingredientes” para ser considerada como tal.  

Hablemos en primer lugar de Hiparquía, la deidad de nuestra historia. Se nos explica al comienzo que es parte. Ciertamente, es un personaje esencial para nuestra mini-religión. Sin embargo, no es la más importante. Tanto en el relato como en cualquier religión lo fundamental son los creyentes. Esa Andrágora, esa humana sencilla, dispuesta a ver más allá, que confía en que hay algo más que el sufrimiento. Sin fieles, no importa cuán poderosa sea una deidad. Es algo así como lo que ocurre en Ira de Titanes, cuando los dioses tienen que hacer algo para que los mortales les adoren y vuelvan a creer en ellos o desaparecerán.

Ahora bien, es totalmente necesario que entre deidad y creyente haya comunicación, pues, en caso contrario, no sería una religión como Dios manda (badum chis). Las posibilidades son infinitas y la historia nos ha enseñado muchas, desde tablas sagradas a conversaciones diarias a sacrificios humanos. En definitiva, la religión es como las relaciones a distancia, si la pareja no se manda un mensaje bonito de vez en cuando, la cosa se enfría y se rompe.

Son muchos los que piensan que esto de la religión es un invento humano para dar consuelo a una vida vacía y sin sentido. Sería una manera de dar respuestas a preguntas vitales que no se pueden resolver con métodos racionales o científicos.  A veces, es inevitable pensarlo. Sin embargo, hay otras que una se para a pensar y se pregunta: ¿Cómo se ha creado tanta belleza de la nada? (y no solo lo digo por la bellísima Patrona) ¿Cómo un choque de nanopartículas ha podido ser capaz de dar vida a este complejo y maravilloso planeta en el que vivimos? No sé, es para planteárselo.

Pero bueno, que nos enrollamos. Esperamos que os haya gustado nuestro enfoque sobre la religión y que, como a nosotras, os haya hecho reflexionar. Hasta la vista xavalas ;*








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