Ves pero no miras.

    Hola holita, señoritas!!! Hoy día vamos a conversar un poquito sobre el arte y la religión. Sí, señoras. ¿Creen que no es necesario entender una para comprender la otra? Lo cierto es que son dos grandes fuentes de conocimiento que se retroalimentan la una a la otra. Sin el arte la religión no se habría expandido tal y como lo ha hecho; y sin la religión el arte no tendría la cantidad ingente de temáticas y obras de las que goza. En definitiva, el que no entiende un poco (mínimamente aunque sea) de cada una, podría considerarse un "pelín" ignorante. Ambas forman parte de la historia y quien no conoce su historia está condenado a repetirla, o, al menos, eso es lo que dicen. 

    Durante una semana hemos estado recibiendo el conocimiento mínimo necesario para poder comprender grandes obras de arte que todo el mundo conoce (o debería saber cuales son, aunque sea porque las han nombrado en el peliculón de TVE el domingo a las 22:00). La última cena de Da Vinci, La piedad de Miguel Ángel o La sagrada familia de Gaudí son unos maravillosos ejemplos de ellas. 

    ¿Sabéis lo que es un mandala? Bien, pues imaginaos un mandala con relieve, uno católico, representado las escenas más emblemáticas de la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta su resurrección. Suena complicado, ¿verdad? Vale, pues ahora ese mandala cristiano supercurrado con relieve, lo pasáis a escala catedral, y tenéis la increíble obra arquitectónica que comenzó Gaudí en 1882, la Sagrada Familia de Barcelona. Lo cierto es que no he ido a esta ciudad , pero con toda seguridad puedo decir que la catedral barcelonesa te quita el hipo con solo imaginarla, no puedo apenas fantasear con el momento de tenerla en frente y levantar la cabeza para admirar esa imponente obra de arte de 172 metros de altura.

    En cuanto, a Miguel Ángel, supongo que todas conocéis aunque sea de oída (como vuestra querida patrona) la increíble historia de David y Goliat, donde el primero era un niño muy valiente que ante la ferocidad del segundo (que era un gigante, para quienes no lo sepan) y el temor de los habitantes de su pueblo de enfrentarle, decidió ser él quien lo abatiera con su honda. Bien. Pues señoras y señoritas, imaginaos a un niño con proporciones de hombre (pero bien formao) de camino a su batalla campal con un gigante. Ese es el momento que decide retratar Miguel Ángel en una escultura de 5'13 metros de altura que pesa alrededor de 5 toneladas (estás que lo mueves), no el momento de su victoria, como muchos decidieron hacer. El caso, es que contra todo pronóstico Miguel Ángel no hizo la típica escultura de la época, bellísima por delante y plana por el resto de ángulos, no. Reflejó a un hombre desde la roca en la que se encuentra el típico semidiós del Olimpo mientras el viento le hondea el cabello, hasta el último de sus rizados cabellos, tanto por delante, como por los lados, como por detrás. Una verdadera obra de arte la mires por donde la mires. Merece la pena ir a Florencia solo por verla.

      Para no alargar mucho esta entrada, que ya me estoy extendiendo, hablaré finalmente, de la gran controvertida Última cena Leonardo Da Vinci. Un anticristiano al que se le encomendó pintar una de las escenas más importantes y representativas de la historia de la religión católica: la Última Cena. Esta representación indecente que ni siquiera mantiene el menú tradicional cristiano, ni las posiciones típicas de cada seguidor de Jesús, ha significado para la historia de la humanidad uno de sus mayores hallazgos artísticos. 

    En definitiva, que es necesario para tener un poco de cultura conocer mínimamente algo de arte sacro. Entiendo que una puede no ser una amante del arte o una devota de los pies a la cabeza, pero es una mundo verdaderamente interesante al que se le debería de dar bastante más importancia de la que se le da.

    Un saludo y nos vemos en el más allá.

    Cambio y corto: vuestra Patrona de la Controversia.
    


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